Ruta del Califato :: Semana Santa 1998
A un anuncio al respecto puesto en la lista de distribución de Amigos del Ciclismo, contestó Ernesto, que desde Cantabria y con la C-15 se bajó a Córdoba, sin conocernos, ni haber hecho nunca un viaje de varios días. De hecho traía unas alforjas recién compradas, que de malas que eran, el primer día las rompió y tuvo que llevarlas con pulpos, amarradas al "transportín" trasero.
Día 1: Córdoba - Baena: salimos por el Puente Romano de Córdoba y siguiendo el antiguo camino romano, pista agrícola en su primera parte abandonamos el valle del Guadalquivir para remontar el valle del Río Guadajoz. A partir del Cortijo de El Judío el pistón pierde "categoría" y pasa a ser un carril, que se convierte en un barrizal impracticable incluso un par de semanas después de haber llovido. Es lo que tiene la arcilla expansiva de la campiña cordobesa.
Atravesamos dos arroyos por los puentes romanos que aún se mantienen (en el año 2005 uno de ellos ya no estaba !!):
(Ernesto y Kike cruzando arroyo sobre puente romano)
(Fran y Kike en el mismo puente)
Después de una visita a las ruinas de Ategüa, y de llenar agua en el abrevadero (público) del cortijo cercano, proseguimos la ruta hacia Espejo. Para ello había que vadear el río Guadajoz. Cuando nos acercamos al río, y después de las recientes lluvias no nos atrevimos a cruzar, así que decidimos tirar por un camino, buscando una carreterilla cercana que nos dejaría en Castro del Río, con lo cual nos perdimos la dura subida por camino a Espejo y el recorrido entre esta población y Castro del Río.
(Sendero para salir a la carretera local a Castro del Río)
(Salida a la carretera local, justo sobre el Guadajoz, antes de Castro del Río)
Después de cruzar Castro del Río, salimos de dicha población por una pista agrícola (hoy en día asfaltada) paralela al Guadajoz, del cual nos separamos por carretera local a Cañete de las Torres y poco después por pista agrícola girar a la derecha para dirgirnos a Puente Romano sobre el Río Guadajoz.
Después del puente, buenas pistas agrícolas, con algún que otro repechón, nos llevaron a Baena, donde nos esperaba nuestro amigo Rick para alojarnos en un chalet de su propiedad a las afueras del pueblo.
Día 2: Baena - Charilla (Alcalá la Real): retrocedimos hasta Baena para desayunar con nuestro amigo Ricardo, que además nos acompañó para salir del pueblo por caminos, por un trazado mejor que el de la Ruta del Califato.
Bordeamos la Laguna del Salobral, para más tarde salir a carretera y bajar hasta el Río Guadajoz, justo en el límite provincial de Jaén y Córdoba y vadearlo. Luego una dura subida por un senderillo bastante trialero y empinado para salir a carriles y pistas entre olivar hasta Alcaudete. De allí a Ventas del Carrizal, donde ya nos empezó a llover. Tomamos entonces un carril que remontando el Río San Juan, nos acercó a Castillo de Locubín. Después de pasar el área recreativa y vadear el río, el camino empeoró y se empinó algo más. En una de esas curvas cerradas por rampas, Kike ya no pudo dar más pedales, y al intentar sacar el pié de la cala, con el barro se atascó y fue a caer en una zanja lateral del camino.
(Kike descojonado en la zanja, tuvo que sacar el pié de la zapatilla, "anclada" a la cala)
Viendo que la noche se nos echaba encima, y que el mejor sitio para montar la tienda era el campo, preferimos no llegar a Alcalá la Real como era nuestra intención inicial e hicimos noche a las afueras de Charilla, una aldea de Alcalá.
Día 3: Charilla (Alcalá la Real) - Embalse del Cubillas (Granada) : al día siguiente, y ya sin lluvia continuamos nuestro camino por pistas y caminos, incluyendo el subidón a Moclín, aunque luego la bajada por sendero, a pesar de hacerse corta, mereció la pena. Luego por carretera hasta Pinos Puente, donde ya en la vega del río Genil, fuimos todo el tiempo por una pista paralela al río.
En un momento dado Kike continuó para Granada, donde tomaría un autobús hacia Málaga, y Ernesto y yo nos desviamos por Albolote y nos dirigimos el Embalse del Cubillas donde hicimos noche.
Día 4, Embalse del Cubillas (Granada) - Huelma: por carreterillas locales y pistas agrícolas fuimos remontando el río del Campillo, paralelos al trazado de la autovía Granda - Jaén hasta Iznalloz. Luego otra sucesión de carreterillas, pistas, carriles y un casi campo a través nos llevó a recorrer Píñar, Guadahortuna para recalar finalmente en Huelma. Como ya no nos acompañaba Kike, que era estudiante de los tiesos en aquella época, decidimos darnos un homenaje gastronómico para cenar y descansar como Dios manda en unas buenas camas en un hotel.
Día 5, Huelma - Jaén: por la mañana salimos de Huelma por algún que otro repecho. Íbamos buscando dirigirnos a Mancha Real, pero en un momento dado, ya que no había señales, nos confundimos, y fuimos a parar a la autovía, a la altura de La Cerradura. Como no teníamos ganas de volver a subir, continuamos ya nuestro viaje primero por el trazado de la antigua nacional, hoy vía de servicio de la Autovía, para subir luego a ver La Guardia, y por carreterillas sin tráfico llegar a Jaén.
Como anécdota comentar que en Jaén, cogimos mi viejo Citröen AX, que la semana anterior había dejado allí, para volver a Córdoba. Montamos las bicis en las bacasa e iniciamos viaje de regreso. Durante la tarde se levantó un vendaval, el aire soplaba tan fuerte que movía al liviano AX de su trayectoria, en uno de esos golpes de viento, esuché un "clanc!" que venía del techo del coche, y al mirar por el espejo retrovisor pude ver como la Cannondale verde nuevecita de Ernesto daba vueltas de campana sobre el asfalto detrás nuestro. Después de para y retroceder pudimos comprobar que milagrosamente no le había pasado NADA. Ni un rasguño, ni rotura, ni mucho menos ningún incidente con otro coche. La verdad es que fue una suerte para la que se podía haber liado.
:: Francisco J. Cortés (fran) ::
mayo 2005
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