sábado, julio 22, 2017

Montaña Palentina - agosto 2017

Vuelta circular en btt por la Montaña Palentina, en la Cordillera Cantábrica

Fiel a mi costumbre de realizar, al menos, un viaje de cicloturismo de montaña al año, este 2017 el destino elegido fue el macizo cantábrico de la Montaña Palentina, que rodeamos en 5 días mi compañero de ruta estos últimos año, Alberto y servidor.

La idea era dejar el coche en Cervera de Pisuerga y volver a él tras 5 días de pedaladas, aunque como veremos más adelante hubo algún imprevisto que alteró levemente los planes.

Íbamos los dos sin apenas haber salido en bici los últimos meses y con las bicicletas recién puestas a punto. Y sin probar. Craso error.

He de decir que no conocía la zona y a pesar de haber sido el año agrícola de 2017 el sexto más seco desde 1900 y que muchos prados estaban agostados, en general el paisaje es espectacular, de un verdor más que notable para estas épocas del año y por momentos parecido al de los Pirineos.

Una cosa que nos llamó la atención fue la despoblación de la zona. Si ya de por sí en interior penínsular sufre la marcha de sus poblaciones desde los años 50 del siglo pasado, en esta zona de Palencia con altitudes superiores a los 1.000 metros y con inviernos fríos (aunque cada vez menos por el calentamiento global) la cosa se agrava. Al menos en verano, los emigrantes, familias y turistas, llenan todos los pueblos y sus rincones.

Para realizar la ruta nos basamos en el libro Rutas BTT y Cicloturismo en la Montaña Palentina, de David Villegas y Vidal Rioja, publicado por La Pedrera Pindia.



Etapa 1: Cervera de Pisuerga - Barruelo de Santullán
Una etapa con un perfil relativamente cómodo excepto al final, aunque tenía una escapatoria para evitar la subida final, continuando por carril bici por el valle, así que no nos damos prisa por madrugar. Llegamos a Cervera, sacamos las bicis del coche, preparamos las bicis y comenzamos la marcha a las 12 de la mañana.

La salida de Cervera es por un camino paralelo al Pisuerga, ideal para comenzar a rodar y calentar en un entorno de vegetación de ribera.


Atravesamos pequeñas poblaciones (con más vida con los visitantes veraniegos) como Vado, Barcenilla, Foldada o Vallespinoso de Aguilar hasta llegar a Aguilar de Campoo, una de las entradas a la Montaña Palentina, junto con Guardo. Las dos son, de largo, las poblaciones más habitadas de la ruta con casi 7.000 habitantes cada una.

Aguilar de Campoo destaca por su industria galletera. En la década de 1960 hubo en Aguilar cinco fábricas de galletas: Gullón, Ruvil, Fontaneda, Tefe y Fontibre. 9 de cada 10 galletas que se consumían en España salían de las galleteras aguilarenses.

En Aguilar decidimos hacer una parada para comer a medio día antes de continuar. Paramos en uno de los bares concurridos de la porticada Plaza de España para echar unas jarras de cerveza y una ración de rabas.


Plaza de España en Aguilar...momentos antes de las jarras

Tras el "refrigerio" y a pesar de que íbamos bien de tiempo decidimos modificar el trazado de la ruta y obviar la subida de la segunda parte de la etapa y continuar por el valle tranquilamente rodando por un carril bici segregado de la carretera.

Parecía un buen plan pero el fuerte viento en contra y la cadena de mi bici que insistía en funcionar solo bien con el plato chico nos hizo desdecirnos y retomar el trazado original de la etapa a la altura de la población de Nestar cruzando por su puente romano.


Puente romano en Nestar

A partir de aquí comienza una suave subida entre campos de cereal hasta Cordovilla de Aguilar y desde aquí, y cuando ya entrábamos en la Comunidad de Cantabria, por un carril con un buen porcentaje (menos mal que el plato chico funcionaba correctamente!).


Subida por un robledal


Tras coronar una cómoda bajada por carretera nos deja en el final de etapa, Barruelo de Santullán. Un pueblo minero de la cuenca de carbón (dedicado en exclusiva al ferrocarril), que fue de los primeros en notar la crisis de la minería y que llegó a contar con más de 7.000 habitantes en la década de 1940. Con la electrificación de los ferrocarriles de Renfe se cerraron los pozos. Actualmente la población cuenta con apenas 1.200 habitantes...pero con bares como una ciudad grande. Cosas de las jubilaciones de los mineros y sus buenas pagas.

Entregados como es costumbre a comprobar por nuestros propios gaznates (llamémosle el "empirismo") los bares locales puedo dar fe que los recorrimos todos antes de cenar, y aún le dimos casi otra vuelta tras la cena a pesar del cansancio en las piernas por el primer día de pedales.

Nos alojamos en el Hotel Rural El Valle, que se ubica en las antiguas Escuelas Nacionales. Trato fantástico, habitación amplia, y buena comida. Para encontrar wifi hubiéramos necesitado del buen hacer de Paco Lobatón.

Etapa 2: Barruelo de Santullán - Camasobres
Frío comienzo de etapa, a unos 9 grados (igual que en Córdoba!). Pero pronto comenzaremos a entrar en calor ya que la primera parte de la etapa es en subida. Los primeros kilómetros por carril bici segregado de la carretera hasta Brañosera.

Tras una breve bajada (donde un guiri paseando un perro nos dice que más abajo no se puede continuar; estos guiris no se enteran) comienza el subidón del día, con buenos ratos de "infantería" hasta llegar al primer alto del día, Pamporquero (1.602 mts.)


Bajada tras Brañosera con guri+perro al fondo


Tramo de infantería

Los tramos de pendiente, más duros por la tierra suelta que por la pendiente, se hacen más llevaderos con el paisaje que contemplamos y con el aire fresco que permite que no reventemos de calor.



En el alto conectamos con el GR-1 y un buen rato de bajada hasta Herreruela de Castillería (otro sitio para jubilarse, jeje) y de aquí, por una carreterilla de montaña preciosa seguimos bajando hasta San Felices. Aquí ya conectamos con una carretera mayor y nos desviamos para comenzar a subir a Celada de Roblecedo.


Ermita entrando a Herreruela de Castillería


Casi llegando al pueblo la cadena, sin forzarla, se rompe, lo que temía desde el comienzo del viaje. Intentamos ponerle un eslabón rápido pero nos es imposible encajarlo, más tarde quitamos otro eslabón hacemos un empalme clásico pero la cadena queda tensa en esa unión y está claro que no aguantará nada, así que calculamos las opciones y tomamos la decisión de volvernos por carretera hacia Cervera. Desde el punto en el que estamos se encuentra a solo 20 kms. y la mayoría de ellos en bajada, pero a mitad de camino, en Vañes, hay una zona de varios kilómetros de subida que no aguantará la cadena, así que paro allí y Alberto seguirá hasta Cervera para coger el coche, volver a por mí y regresar a Cervera a ver si la única tienda de bicis puede arreglarnos el problema.


No hubo manera...

En Cervera tuvimos la suerte de topar con un gran tipo, Jon Pérez, donostiarra afincado en el puebloa con una tienda de bicis-actividades de montaña, Cervera Sport, que a pesar del incremento de trabajo que tenía en verano, nos hizo un hueco y me dejó la bicicleta como debería haber estado el primer día, cambiado casete y plato mediano. A partir de ahí no volví a tener problema con la transmisión durante el viaje.

Una vez resuelto, bicis al coche y carretera hasta Camasobres, final de etapa previsto para el día de hoy, de la que nos perdimos la segunda parte, aunque al menos conseguimos mantener el plan de ruta previsto hasta el final.

Camasobres, 19 habitantes, cuenta con una excepcional Posada, teniendo en cuenta la situación del pueblo, cuya única animación es la transitada carretera que lleva al turístico Potes en Cantabria.

La Posada Fuentes Carrionas se ubica en una antigua casona hidalga de buena cantería y blasonada, totalmente reformada. Una sorpresa en mitad de ese paraje de montaña. Dirigido por Felipe, un cubano, que a buen seguro echa de menos el calor de su tierra natal.


Etapa 3: Camasobres - Triollo
Dejamos el coche a la puerta de la Posada (lo que nos obligará el último día a volver a por él) y salimos en bajada y luego por una carreterilla que lleva a Casasvegas (otro de los pueblos a los que nos retiraríamos; mucha casa nueva de veraneante/emigrante). La mañana se presenta fresquita (7 grados) y nublada.

La cadena sigue igual, pero como a partir de Casasvegas viene subida por pista con plato chico me olvido de ella por unas horas. El paisaje mejora por momentos, cada vez más verde hasta que coronamos la Sierra de Alba, allí, cresteando disfrutamos de unas impresionantes vistas a nuestra derecha de valles en Cantabria, ya que vamos por la divisoria territorial municipal/autonómica.



Vamos subiendo hacia el primer puertaco del día, Collado Secarro, y en un momento el frío arrecia y nos obliga a colocarnos los gore-tex (igualito que en Córdoba a esas horas) y así continuamos subiendo.



Tras coronar empezamos una bajada y parece mejorar el tiempo. La diversión por la bajada durará poco ya que tras vadear el arroyo Arauz nos tocará subir el segundo puerto del día: más corto, con menos pendiente pero con más zonas técnicas.


Vadeo del arroyo Arauz


Collado Picorbillo


Coronamos el collado Picorbillo (1.795 mts.) y se abren a nuestros ojos una praderas de alta montaña llenas de vacas y con su monte protector vigilándolas, el Curavacas, techo de la Montaña Palentina.

Entramos en el precioso valle de Pineda y comenzamos una larga y entretenida bajada por camino pedregroso hasta llegar al fondo del valle donde el río Carrión, que nace un poco más arriba, culebrea como las "aguas tuertas" pirenáicas.



El valle de Pineda y abajo las "aguas tuertas" del río Carrión

Tras un cómodo descenso paralelo al Carrión y como vamos sobrados de tiempo hacemos un alto en un bar de Vidrieros donde nos "hidratamos" y damos cuenta de una ración de torreznos riquísimos. Si en la Transibilbedeak o en la Transpirenáica podría haberme alimentado a base de chistorras, en esta ruta palentina no me hubiera importado hacerlo igualmente a base de torreznos ;-).


En una ruta alforjera es primordial una buena hidratación


Unos kilómetros más adelante finalizamos la etapa en Triollos. Pernoctamos en el Hostal La Montaña, que en los últimos años ha cambiado de dueños y que bien merecería una visita de Alberto Chicote para enmendar, si fuera posible, la "operativa" del local. Lo mejor que podemos decir es que la cena fue copiosa (imposible comerse todo) y que dentro del menú entraba un vino de Rioja que estaba bien rico, aunque servido al estilo de los malos, bien frío.

Etapa 4: Triollo - Guardo
Desayuno de mierda con tostada con margarina y mermelada y justo al lado se sientan unos viejos con su buena tostada de aceite y tomate. Se nos queda una cara de tontos...

Hace fresco también esta mañana y salimos paralelos al Carrión rodando cómodamente hasta que llegamos a la cola del Embalse de Camporredondo donde abandonamos el río para, remontar primero por el Valle de Miranda, y tras cruzar el arroyo de mismo nombre, comenzar la primera subida del día hasta el Collado de la Corbeñera (1.692 mts.). Al llegar arriba, aprieta el viento frío y echo mano del chaleco...para comprobar que no lo llevo en la bici. He debido perderlo a pie de puerto cuando paré a quitarme ropa, y ahí se quedará. Como para bajar de nuevo el puerto para buscarlo!


A la salida de Triollo, con el Curavacas al fondo, bajo las nubes.


Subiendo a la Corbeñera. El chaleco se quedó a pie de puerto.


Comenzamos larga bajada que nos hace pasar por la Ermita-Refugio de Cristo-Sierra y luego por Valcobero (que llegó a estar deshabitado desde los 70', hoy tiene oficialmente con 4 habitantes, pero tiene hasta un bar, y justo estaban celebrando fiestas patronales y estaba aquello de los más animado; lástima que no fuera final de etapa).

Tras la bajada llegamos a la presa del embalse y más tarde cruzamos al otro lado del Carrión para bajar por una cómoda pista hasta Velilla del Río Carrión.


Cómoda pista por pinar hacia Velilla.

Desde Velilla al final de etapa, Guardo, por carretera, apenas hay un puñado de kilómetros, pero decidimos (tras echar unas birras y unas tapitas en Velilla) que como vamos sobrados de tiempo, respetaremos las etapas de la guía y continuaremos por el bucle que nos hacen dar para llegar a Guardo, con puerto de por medio (aún así, llegamos a las 15:00h., justo para otras jarras de "pan líquido").


Alberto coronando el collado de la pista Corcos

La última parte de la etapa es una cómoda bajada y luego un llaneo paralelos al Carrión para entrar en Guardo. Nos alojamos en el Hotel Tremazal (bueno, bonito, barato). Acuérdate de llevar un bañador o un pantalón limpio, porque en frente está el Spa municipal.



Etapa 5: Guardo - Cervera de Pisuerga
Última etapa. Cuando la noche anterior durante la cena, como era habitual, preparábamos la jornada siguiente con la guía, nos dimos cuenta que era la etapa más dura por la combinación de kilómetros y desnivel. Al finalizarla también estuvimos de acuerdo en que era la etapa más bonita de las cinco.

No madrugamos mucho y salimos relativamente tarde. Salida cómoda por una pista paralela a la carretera a Muñeca. Allí decidimos ahorrarnos dos rodeos consecutivos que subían al monte y luego volvían a bajar a la carretera plana que iba por el valle. Así que rodando unos kilómetros llanos por carretera nos ahorramos casi 10 kilómetros y dos buenas subidas.

Pasado Santibáñez de la Peña abandonamos el valle, esta vez sí, y comenzamos subida por carreterilla hasta el Santuario de Nª Sª del Brezo. Es una subida corta pero buenas rampas. El Santuario situado en la Sierra del Brezo y junto a la Fuente del Brezo ("fuente de los pastores" reza un cartel hoy en día en una fuente fuera del Santuario, ¿será la misma?). El Santuario es el más visitado de toda la provincia de Palencia y celebra también la romería más popular.


Al fondo, el Santuario de Nª Sª del Brezo


En una abertura de la Sierra del Brezo se contempla la llanura palentina

A partir de ahí, cuando pensábamos que habíamos coronado y que ya quedaba poca cuesta el resto de la etapa, la guía nos saca de nuestras fábulas y nos indica que nos queda subida. Muuucha subida. Y la primera rampa, empinada y con piedra suelta, nos hace echar un rato de "infantería". Atravesamos la Sierra de la Peña y cruzamos la cabecera del Valle de Miranda (el mismo que remontamos en la etapa Trillo-Guardo antes de empezar la subida al primer collado) para continuar subiendo de nuevo hasta el Alto de los Llanos (1.735 mts.)


Cerca ya del Alto de los Llanos con el pico Espigüete al fondo

Un descenso trepidante y una breve subida a pie, por un sendero que se está cerrando por la vegetación nos deja ante la sorpresa, agradable, del día, un precioso hayedo y un sendero por su umbría. Hasta ahora el roble y el pino habían sido nuestros compañeros de ruta. El sendero entre hayas, disfrutón, tanto subiendo como bajando.


Medio día y apenas el sol se deja ver en el hayedo

Salimos a un pequeño valle-pradera que nos deposita de nuevo en la "civilización". Primero San Martín de los Herreros y luego Ventanilla. Aquí atravesamos el río Rivera y bordeamos el embalse de Ruesga por un bonito sendero emboscado hasta llegar a la población de Ruesga, donde viendo la hora que era y la cercanía al final de etapa decidimos para para tomar un "refrigerio".


Camino tras el hayedo


Apenas unos kilómetros nos quedaban ya para Cervera de Pisuerga


El álbum completo de fotos puede verse aquí: https://goo.gl/photos/W9woFvyKoRR6fLEMA