martes, septiembre 11, 2012

Antequera - Almería (Transandalus) - agosto 2012

Este año había reservado en la agenda la última semana de agosto para mi viaje alforjero con la esperanza de que por esas fechas haría menos calor por la zona donde pensaba pedalear: Antequera-Almería. Una mieeeeerda! Nos torramos de calor la mitad de los días, y si no llega a ser por el descrubimiento durante la ruta de la Alhambra Especial (no confundir con la Alhambra 1925) aún estaríamos medio derretidos por alguno de los caminos de la Transandalus.

 A la izquierda la Alhambra Especial, a la derecha la 1925, de mayor graduación. A base de "especiales" y su correspondientes tapas hemos comido en ruta

Este año se unió al viaje mi amigo Alberto Buitrago, vallisoletano de Medina del Campo, y globero "cum laude" ("...por la Universidad de las Islas Caimán", como él diría). La falta de experiencia y forma sobre la bici la suplió sobradamente con pundonor, sufrimiento y esfuerzo, y curiosamente donde tenía que esperarlo era en las bajadas, no en las subidas.

Antequera-Ventas de Zafarraya (21 de agosto, martes)


Me recoge Alberto y en coche vamos a Antequera, desde donde empezaremos a dar pedales y en una semana volveremos a por el coche. La primera en la toa la boca, zas!, 38 grados de vellón para dar pedales durante 66 kms. y con solo 2 sombras (si exceptuamos las de los bares): 200 metros en un pinar tras Villanueva del Trabuco, y 50 metros de un túnel de la antigua vía férrea por la que se llega a Ventas de Zafarraya.

Eso sí, nos entacamos 7 tercios de Alhambra Especial en ruta, mas otros tantos al acabarla. "No es por vicio, es por necesidad", como diría el sabio: por hidratarnos y por los hidratos de carbono del "pan líquido". Vivan los sumerios!

Paramos en todos los pueblos (menos mal que no hay más por medio!) a echar una(s) birra(s): Villanueva del Rosario, Villanueva del Trabuco, Alfarnate (qué bonita es la Venta de Alfarnate, a pie de Transandalus), aldea de Guaro (aquí cayeron 3 rondas),...

Sobre las 7 de la tarde entramos a Ventas de Zafarraya por su famoso Boquete y nos quedamos en el primer hostal que vimos, justo a la entrada, y a pie de Transandalus: Pensión Aquí te Quiero Ver. La otra está junto a la gasolinera, 300 mts. más adelante.

Entrada por el Boquete de Zafarraya por antigua vía de ferrocarril

 Tras la ducha y lavado de ropa, paseo corto por el pueblo, que no tiene gran cosa que ver y a seguir hidratándonos antes de la cena.

Ventas de Zafarraya - Jayena (22 de agosto, miércoles)


Salimos de Ventas por medio de huertas y cooperativas hortícolas. Nos sorprende cómo ha aumentado la superficie de cultivos hortícolas (bajo plástico o no) no solo en la zona del poldjé de Zafarraya si no en pueblos más o menos cercanos (Alhama de Granada, Játar, Jayena,...) y la cantidad de currantes extranjeros, fundamentalmente magrebíes y sudamericanos.

Tras varios amagos de perdernos pasamos por Alhama de Granada (bien merece entrar por los Tajos hasta ver el pueblo y volverse), Játar (compruebo con pena que ha cerrado el único hostal del pueblo) y tras darnos un baño reparador en el río en La Resinera, pasamos de subir a la Mesa de Fornes y terminamos ruta por carretera.

 Alberto, en el puente sobre el río Alhama

Hoy ha sido el día de más calor, o quizás de menos bares, pero antes de llegar a La Resinera ibamos ya fundidos y casi sin agua.

Alojamiento en la Pensión Almijara / Bar El Nota. Emilio es un tipo cojonudo. Comenta que no para de llegarle gente por la Transandalus (aunque desgraciadamente en ruta no nos encontramos con nadie) y se alegró al reconocerme. 10% de descuento a transandaluseros. Fenomenales las tapas, como en casi todos los bares de la zona.

Al día siguiente empezaban la feria, nos escapamos por los pelos. "Quién quita la ocasión, quita el pecado". Que solo nos faltaba acostarnos de madrugada, borrachos, y bailando el Paquito Chocolatero.

Jayena-Nigüelas (23 de agosto, jueves)


Salimos de Jayena entre lanzamiento de fuegos artificiales y chocolatada con churros en la plaza. Mejor largarnos rápido, que se empieza con los churros, luego se engancha con la cerveza, luego los pelotis, y ya se sabe como acaba la cosa. Efectivamente: bailando tajados el Paquito Chocolatero.

La etapa de hoy es corta porque Nigüelas es casi final de etapa obligado, teniendo en cuenta que el siguiente pueblo en ruta, Pampaneira está a casi 50 kms. Aún así llegaremos a nuestro destino a las 5 de la tarde y fundidos de calor.

Empieza el día con una cómoda subida entre pinos a la sombra, que se va haciendo cada vez más dura y con menos sombra, hasta coronar cerca del famoso Pino de las Cinco Ramas.

"Pino de las Cinco Ramas" (aunque en esta foto se vean solo cuatro)

Desde aquí llaneo y bajada (curioso ver tantos jabalíes a unos metros tan solo de nosotros sin importarles nuestra presencia en la zona de la Huerta Grande) hasta la carretera "de la Cabra", tradicional atajo para los granadinos que bajaban a la playa y querían evitar el colapso de la antigua nacional. Hoy con la autovía esa carretera ya no tiene ni ese tráfico de antaño de fin de semana. Parada en el bar a pie de carretera y las primeras dos rondas con tapa.

Después de la "hidratación" hago la globerada del día: una vez al llegar al pistón "to' de bajada" hacia Albuñuelas, me desvío por el GR-7 para ver cómo estaba (en 2005 con Carlos García lo buscamos y no lo vimos) y nos topamos con un sendero estrecho, que se lo está comiendo la vegetación por momentos y la erosión de un arroyuelo de aguas muuuy estacionales. En esa tontería perdimos más de medio hora y muchas fuerzas para terminar retrocediendo y volviendo a la pista. Impresiona ver los barrancos y ramblas por los que pasa la pista, y más impresiona imaginar como por esa zona, absolutamente seca, habrá corrido el agua con lluvias torrenciales para haber labrado esos paisajes.

Rambla del río Albuñuelas


Albuñuelas. Otras dos rondas de Alhambra. Globerada de Alberto: se deja las gafas de vista, que valen un pastizal, en el bordillo de una fuente en el pueblo...y se da cuenta en el bar, 40 minutos después, justo cuando nos poníamos en marcha. Tras subir a lo alto del pueblo, tuvo suerte que estaban allí aún. Pero no agotó la reserva de globeradas del día como ya veremos.

Bajada preciosa por el sendero estrecho que cruza huertas con frutales y olivos, con caída sin consecuencias para Alberto, pasamos Saleres (se cruza a las afueras, donde no hay bar, que si no...) y parada en Restábal. Mucho calor. Otras dos rondas, jefe!! Arrancamos, bajadón por carretera rápido hacia el río y al llegar al puente un coche que nos viene a todo trapo tocando el claxon de forma compulsiva. Un niñato del pueblo?, un viejo con excesivo interés en hacernos entender que llega un vehículo? No, un parroquiano del bar que baja a avisarnos que Alberto se ha dejado en la barra su iPhone (que digo yo que ya que bajaba en coche a avisar, podía haberse traído el móvil y ahorrarle a Alberto el subidón al pueblo). Segunda globerada del día para Alberto y primera, que sepamos, del parroquiano del bar.

La subida por huertas de naranjos, dura, pero bonita. Lo realmente duro fue llegar arriba a Murchas y no encontrar bar abierto. Las 4 de la tarde. Remontar el camino que corre paralelo al río Torrente se nos hizo duro, a pesar de estar asfaltado y no tener pendiente excesiva.

Llegada a Nigüelas y 3 rondas en el primer bar que vimos abierto.

Alojamiento en la "Alquería de los Lentos", un sitio precioso y con un trato encantador. En Nigüelas hay otros alojamientos, algunos más baratos, pero prefería quedarme allí por motivos "sentimentales": en marzo de 2005 cuando Carlos y yo viajamos en bici documentando esa zona para la Transandalus nos quedamos a dormir allí (por que era el único alojamiento en el pueblo, ¿habrá contribuido en algo la TA para hoy haya 4 alojamientos más?)

Saludos y charla con Mercedes, la dueña, con su hija, y recuerdos de Paco (D.E.P.), marido de Mercedes fallecido hace unos años, y que fue anfitrión de Carlos y mío allá por 2005.

Disfrutando en un martini en la piscina de la Alquería de Los Lentos

Nigüelas-Pampaneira (24 de agosto, viernes)


Salimos ya con el sol dando en la cogotera. Al menos, el buen estado de la pista y  subir con poco equipaje (y no con el "bob trailer" cargado hasta las manillas como en 2005) hacen más llevadero las cuestas del 20%. Una vez arriba, al llegar al barranco del Pleito, donde está el famoso cartel de "prohibido coger pollos"...se sigue subiendo, aunque esta vez con porcentajes livianos.

¿Algún viajero ha visto un pollo alguna vez en este secarral?

Continuamos luego llaneando y en ligera bajada. Hasta el cruce que baja a Lanjarón hay multitud de fuentes pero luego a partir de allí la cosa cambia y tan solo volvimos a encontrar agua en el cruce de antes de las Casas del Tello y luego en la bajada del Área Recreativa de Puente Palo (pero la fuente de la propia área recreativa estaba seca-seca)

El sendero que baja a las Casas del Tello es una de las "chuladas" de la Transandalus. Sendero disfrutón. Abajo a las casas ya llegamos fundidos tras un subidón interminable desde el cruce de Lanjarón. Descanso, media siestas y picoteo de la poca comida que llevábamos: unos frutos secos y una barrita del Mercadona.

Tras bajar al río Lanjarón (sendero técnico disfrutón), admiramos el sitio (y más bonito que tuvo que estar hace unos años antes del incendio que provocaron dos guiris perdidos en el monte  a los que no se les ocurrió otra cosa para "señalizar" su posición a la Guardia Civil, con la que estaban hablando por el móvil, que hacer un fuego). Cruzamos su puente (¿por qué cojones le tienen que poner a todo barandas de madera?) y de nuevo subidón para arriba. Duro, pero bonito.

Alberto en el puente sobre el río Lanjarón. Obsérvese la prescindible reciente baranda

Al salir arriba a la pista, junto al mirador de Cáñar, vemos que aunque bien de tiempo, vamos mal de fuerzas y tampoco tenemos nada para comer. Y al llegar al área recreativa de Puente Palo, casi ni de beber, porque andábamos justos de agua y la fuente estaba seca, a pesar del generoso cal de agua que circulaba paralelo a la pista. Así que decidimos pasar del cacho de GR-7 antes de Pampaneira y salir directamente a carretera, a la ermita del Padre Eterno y finalizar la etapa por asfalto. Aunque no todo fue tan fácil: un pinchazo que lograba sellar del todo el "moco" nos obligó a parar media docena de veces para meter aire.

Parada y fonda...y ronda de 3 birras en el Hostal Pampaneira/Hostal Alfonso (donde también nos alojamos Carlos y yo en 2005 y donde perdimos las notas que documentaban lo hecho hasta entonces desde Ventas de Zafarraya y que amablemente nos enviaron por correo una semana después).

Después de la ducha y lavado de ropa, paseo por el bello pueblo y cena con mi "tito" Juanma, que subió desde Órgiva para no-cenar, más birras y pelotazos.

Alberto encontró en Pampaneira "su" mesón, jarra de Alhambra Especial en mano

Pampaneira-Cádiar (25 de agosto, sábado)


Al no llegar el día anterior a Capileira como estaba previsto, nos obligó a añadir esos 10 kms. de subida, que a la postre también recortamos no acabando en Válor como estaba planeado. Así, saliendo por fuertes pendientes, remontamos el precioso valle del Poqueira pasando por Bubión y luego Capileira, donde a las 10:30 de la mañana echamos la primera cerveza del día. Con dos cojones! Esa birra mañanera (o quizás la falta de una segunda, vaya usted a saber) me sentó regular y me agarró una medio pájara en los 5 kms. siguientes de ascesión hasta el desvío por la pista del área recreativa de Pórtugos.

Al llegar al mirador justo en el desvío de la pista, un descanso y una "antonia" (Aptonia, del Decathlon, glucosa) me levantan las fuerzas, a lo que ayuda el llaneo cómodo de los kilómetros siguientes.

Llegamos a barranco de Bina y podemos comprobar que el paso provisional (y que dudo que aguante un otoño-invierno de lluvias) es más fácil de hacerlo de lo que pensaba, lo cual no evitará que el que viaje cargado con las alforjas tenga que hacer 2 viajes para vadear el barranco, uno con bici y otro con el equipaje.

Los caballos, con su "reductora" suben la pendiente sin problema

Tras el barranco, toca una pequeña subida antes del bajadón a Trevélez, que no puedo hacer a tumba abierta porque vuelvo a tener problemas de sellado del pinchazo de la rueda delantera. Tengo que parar a inflar varias veces. En Trevélez 3 rondas de cerveza y plato alpujarreño. Hace calor, estamos cansados y ya vemos que no vamos a recuperar el retraso del día anterior y que en vez de Válor, pararemos en Cádiar, así que hacemos la carretera que nos separa de Juviles con la tranquilidad que nos da que en una hora y poco más habremos la jornada por hoy, aunque antes tendremos otra buena ración de sendero, el que baja de Juviles a Tímar, cuya primera mitad hago entero montado y la segunda, desde "cagadero de Carlos" hasta el propio Tímar en un 80% sobre la bici, porcentajes que no se pueden comparar a cuando pasé con la bici y el "bob trailer" en el 2005. Mientras Alberto se da una buena ración de "infantería".

Tímar - Cádiar se hace en un plis-plas y llegamos sobre las 16:00 para alojarnos en el Hostal Nuevo Cadí. Tras la ducha y el lavado de ropa diario, vuelta por el pueblo y pasamos a saludar a Sarah y Gary (recién llegado de Inglaterra), de Vamos Cycling!, a los que conocía de anteriores viajes y que nos ayudaron a documentar la nueva salida de la TA de Cádiar.

Otro pueblo que casi pillamos en fiestas. Lástima.


Cádiar-Laroles (25 de agosto, sábado)

Como el año pasado documenté la salida nueva desde Cádiar decidimos convalidarnos esa parte y plantarnos rápidamente por carretera en Yátor para tomar allí la larga subida a Yegen (aunque menos dura que cuando la hice cargado con el dichoso bob). El camino está ahora bastante bien, incluso flanqueado en algunas partes por farolas. Nos hemos plantado tan pronto en Yegen que hasta nos da vergüenza pararnos a echar la birra y decidimos hacerlo en el siguiente pueblo, Válor, que está muy cerca, y en bajada.

La sorpresa llega luego, al descubrir que han cambiado el trazado del GR-7 y que este al salir de Yegen se desvía a la derecha, subiendo inicialmente, mientras que el anterior, que es el que sigue la TA se desviaba a la derecha en un punto en el que al no haber señales de GR me salté, por lo que llegamos a Válor, por carretera, y aún antes de lo esperado, lo cual supimos suplir con rondas extra de Alhambra Especial.

Tras la conveniente hidratación nos solventamos sin problemas el subidón a Nechite, y luego a su barrio alto para tomar el sendero que baja al río. La subida desde él, de las de "empujing" fue dura, y desde luego no recomendable a los que van con mucho peso en el equipaje y/o con alforjas, pues la pendiente y lo estrecho que la vegetación deja el camino harían sufrir demasiado. Pero nosotros, a pesar de estar avisados, como ibamos con tiempo de sobra decidimos hacerlo, y aunque es verdad que cuesta salir del barranco, una vez a media altura el sendero es una chulada, incluso con zonas más técnicas debido al derrumbe en ocasiones del balate (muro de contención del bancal).
Nechite al fondo desde el sendero. Obsérvese el efecto óptico que producen las sombras sobre el apolíneo y esbelto cuerpo de Alberto, juas.
Llegamos a Mairena y junto a la iglesia, como es de rigor, y más en un pueblo pequeño, un bar. Un bar pequeño, coqueto, atendido por un tipo estupendo y simpático y con unas tapas cojonudas para acompañar a nuestras ya inseparables Alhambras.

Tras Mairena, otro pueblecito con encanto, Júbar y tras este, como íbamos con tiempo en vez de bajar a carretera y llegar en 15 min. a Laroles decidimos seguir el GR-7, a por donde tiraba. Y vaya que tiraba, para arriba al principio, y tras mucho subir, bajadón técnico disfrutón (no pensó lo mismo Alberto) para ir a parar al fondo del barranco a un sitio espectacular: fresquito, con agua limpia y una poza y pequeña cascada para darse un baño.
Puentecito sobre el río, con poza de agua limpia y cascada al fondo.
Tras bajar el termostato con el agua fresca, continuamos con nuestro sendero técnico y disfrutón hasta llegar a Laroles. Alojamiento en el Refugio Nevada y buena ronda de birras y tapas en los dos bares junto a la gasolinera. Esta vez, ni bajamos al pueblo. El cansancio y el comienzo del fútbol televisado fueron buenos argumentos. La Alhambra Especial el motivo definitivo.

Laroles-Instinción (26 de agosto, domingo)

Globerada del día nada más terminar de desayunar. Al ir a pagar las birras, alojamiento y desayuno con la tarjeta nos dicen que no tienen Datáfono. Bajada al pueblo a sacar dinero: el cajero lleva días sin billetes, y al ser domingo la oficina bancaria está cerrada. Prueba a hacer transferencia online con el móvil: solo admite transferencias a cuentas hechas anteriormente, no acepta nuevas desde un smartphone. La dueña nos dijo con tranquilidad que le hiciéramos un ingreso al finalizar nuestro viaje, pero no nos quedábamos tranquilos. Al final, llamada a mi amigo Martin para que hiciera él la transferencia online, son SMS a la dueña del ingreso.

Solventado el problema nos pusimos en marcha empeñados en sacar dinero en el siguiente pueblo. Por carretera, con más subida que bajada llegamos a Bayárcal, primer pueblo de Almería. Cajero de la otra red, "vale, pues sacamos en el próximo". Seguimos ruta y la salida de Bayárcal nos salimos de la carretera por la Transandalus que sigue aquí el GR-142, un sendero medio-ciclable que se está perdiendo por la vegetación y mal señalizado que va a salir a una pista y luego al fondo de un barranco del que toca salir por una subida de 5 kms. Lo que hubiéramos hecho por carretera en 15 minutos nos lleva hora y media por el trazado de la Transandalus. Buscaremos alternativa al recorrido actual.

Una vez en Paterna y bastante cansados, ronda de Alhambras, y decidimos bajar a la aldea de Guarros para luego volver a subir y optamos por continuar por carretera hasta Laujar de Andarax lo cual nos hace recuperar el tiempo perdido por el GR-142...y echar otras dos rondas en Laujar.

De Laujar tiramos a Fondón y desde allí por un arreglado Camino de las Minas (que nos hace ganar lo menos 1 hora con respecto a como estaba el camino hace unos años y ahorrar fuerzas) llegamos a la barriada de Alcora donde no vemos abierto el bar de los abueletes. Desde Alcora el camino está asfaltado y es una preciosidad ver los pueblos al otro lado del valle del Andarax (Canjáyar, Ohanes) y más tarde el pre-desierto de Tabernas, llegando ya a Instinción.
Camino de las Minas, con bancales de almendros
Al fondo, desierto de Tabernas, llegando a Instinción
Alojamiento y primeras cervezas en el Hostal La Cabila / El Mirador. En plena ronda de alhambras caemos en la cuenta al final ni en Bayárcal, ni en Paterna, ni en Laujar hemos sacado dinero. Preguntamos a la encargada si se puede pagar con dinero y la respuesta nos deja cara de gilipollas: el Datáfono lleva unos días roto. "Pues haber cómo pagamos ahora", porque la encargada no estaba por la labor de transferencias online. De eso ella no entendía. Al final el marido nos llevó en coche a Canjáyar, donde nos aprovisionamos de billetes como si fueran a dejar de imprimirlos. La globerada del viaje sin duda. Para el próximo viaje vamos a ir como Paco Martínez Soria: con el fajo de billetes pillados con la gomilla.

De regreso a Instinción y con la tranquilidad de contar con "cash", nueva ronda de alhambras que ahora entraban con más alegría. Spaghetti a la cargonara buenísimos para cenar y pelotazos de remate.

Instinción-Almería (27 de agosto, lunes)

La etapa tenía un perfil marcado. Subidón al principio de casi 20 kms. y tras llegar a mitad de etapa, bajadón a Enix y luego bajadón de nuevo hasta Almería. Pero antes, la subida. Aunque la pista tenía mejor firme que cuando la hice hace unos años junto a Rafa Martínez, autor de esos tramos de la Transandalus almeriense al llegar a la zona de los cortijos, a mitad de subida, empezó a llamar a la puerta "el tío del mazo". Parada "técnica" un par de kilómetros después, descanso, agua, una glucosa y el resto de frutos secos que quedaban y media hora después estaba ya como nuevo, y lo mejor de todo, había finalizado la subida.

Larga bajada, para recuperar y refrescarnos hasta la central eólica.
La pista que pasa junto al parque eólico de Enix
Más tarde globerada del día: nos desviamos por error 1km. a El Marchal, un pueblo que no está en la ruta, aunque aprovechamos el despiste para echarnos dos rondas de Alhambras. Vuelta a subir a la carretera para llegar, esta vez sí, a Enix, donde nos entacamos otras dos rondas más.

Salimos de Enix por zona de huertas y vides, y con el único repecho que nos quedaba hasta Almería, repecho que nos tomamos a buen ritmo...y que coronamos reventados. Hay que ser gilis.

La larga bajada, excepto los primeros kilómetros con mucho piedrolo suelto, aunque con surcos para pasar (surcos que hace años ni había), es una gozada de dejarse ir y no dar ni un pedal. Además durante más o menos la mitad de la bajada se van teniendo unas vistas magníficas de Almería y del Cabo de Gata.
 Llegando a Almería. Al fondo, a la izquierda, Cabo de Gata


Llegada a Almería sobre las 18:00 de la tarde, y justo pisar asfalto de la capital Alberto sufrió dolores fuertes "donde la barriga pierde su nombre", quizás debido a haber retenido líquidos durante días, aunque horas después el dolor fue bajando y al día siguiente estaba ya como nuevo.

Birras en el primer bar que vimos junto al hotel y luego cena a base de birras y tapas junto a Rafa Martínez, al que no veía desde 2006 (http://alforjeo.blogspot.com.es/2006_09_01_archive.html). Pelotazos finales en el bar junto al hotel y a dormir.

Al día siguiente tren hasta Antequera, bicis al coche y fin del viaje.

Un placer viajar en bici en compañía de amigos. Repetiremos la fórmula en próximas ocasiones.

Más fotos en:
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3 Comments:

Blogger FILLOBIKER dijo...

Enhorabuena máquinas. Excelente crónica!!!

9:57 p. m.  
Blogger Miguel Angel dijo...

Te habrás quedao harto¿no?

12:55 a. m.  
Anonymous Alberto dijo...

Buena crónica, si señor. Y vaya trabajo que te habrá llevado el ponerme unas lorzas con el fotochop.

8:43 a. m.  

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